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Sugerencia para la lectura de textos en voz alta


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Algunas recomendaciones sencillas cuando toca enfrentarse a un texto.

Realicé esta revisión de aspectos básicos junto a un grupo de estudiantes de Comunicación Oral, durante prácticas que realizaron en estudio de radio. Les tocó, por primera vez, enfrentarse a textos relativamente extensos, y estas fueron las dificultades más comunes:

– Se trababan en secciones específicas, al decir cifras, al abordar palabras relativamente complejas o de difícil pronunciación. Cuando llegaban a ese punto solían tartamudear o cortar lo que les tocaba leer.

– A medida que avanzaban en la lectura sucedía que parecían sentirse presionados por terminar, entonces aumentaban el ritmo innecesariamente lo que afectaba la claridad de su dicción, o leían con entonaciones inadecuadas (exageradas o, en otros casos, planas), perdiéndose el sentido de lo que decían.

– Otros iban cansándose, disminuían considerablemente la energía y fallaba la proyección de voz.

– Un desafío adicional fue la administración de la respiración. Repetidamente se quedaban sin aire, forzando el final de las frases que emergían casi imperceptiblemente, y haciendo pausas en medio de frases cuyo sentido requería una lectura más continua o fluida.

– Les costaba controlar la proyección y el volumen de la voz, de modo que en secciones podían llegar a gritar y en otras a susurrar sin objetivo alguno. También ocurría que se sentía el golpe de aire en el micrófono.

Estos desafíos se presentan con frecuencia, sobre todo a quienes se están iniciando en el manejo de sus recursos expresivos. En el suceder de una grabación radial, siguiendo un guión concreto, se hacen más evidentes, porque sólo tenemos nuestra voz y la intención que logramos darle a lo que leemos a través de ella, nada más.

Por eso para cada uno de estos aspectos compartimos las siguientes recomendaciones:

– Apenas tengamos el texto en la mano, tomarse unos minutos para revisarlo, hacer una primera lectura antes de ir al aire y marcar en nuestro guión todo lo que podría ser una dificultad al momento de decirlo. Prestar atención a las cifras, a los nombres o denominaciones complicadas, palabras compuestas o más extensas de lo habitual, o aquellos términos que no forman parte del vocabulario que manejamos cotidianamente. Se sugiere colocar alguna señal sobre el papel para saber que están allí y poder leerlas con mayor cuidado y precisión.

– También se sugiere marcar las pausas, los cambios de ritmo, los lugares de énfasis, todo lo cual puede servir de apoyo para mantener alta la energía, para sostener el texto que se está presentando.

– No presionar el ritmo. Depende de lo que se esté diciendo, del contexto, de las necesidades presentes, del tiempo disponible, será necesario un ritmo más pausado o más acelerado, pero debe ser dado sin presiones, sin tensiones innecesarias. Evitar sentir que debe terminarse lo antes posible, más bien darle el peso y tempo adecuado a cada palabra, a cada frase.

– Mantenerse en conexión con aquello que se lee, lo más importante es el mensaje que se está transmitiendo en ese momento.

– Como se trata de leer un guión o un texto, pueden utilizarse los signos de puntuación como marcas de pausas en las cuáles puedo inhalar, para continuar posteriormente. Tomar el aire con calma, e ir trabajando en lograr una relación entre el ritmo de la respiración y el ritmo de lectura, para que exista fluidez en la presentación de la información.

– Igualmente estar atentos al volumen y la proyección de la voz. Esto se entrena tanto escuchándose después de haber concluido de la grabación e identificar las variaciones inadecuadas, como estando muy atentos a lo que hago físicamente mientras leo en voz alta: cuando inhalo, cuando exhalo, cuando emito sonido.

Finalmente señalar que es importante no desconectarnos de lo que estamos leyendo o diciendo. Generalmente, si tiene sentido para nosotros, lo tendrá para el escucha.

Espero que estas sugerencias básicas les sean de utilidad.

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