Para los procesos analíticos, el proceso de psicodrama y las sesiones de coaching, nos apegamos a estos principios éticos.
Competencia: Estamos comprometidos en mantener altos estándares de competencia en nuestro trabajo. Por ello nos mantenemos en entrenamiento y práctica constante, con un sistema de apoyo en sesiones de covisión y de supervisión.
Nos involucramos con prácticas o procesos que están dentro de nuestra experiencia práctica, entrenamiento, formación y supervisión. Se apoyará al cliente en la búsqueda de otra asistencia profesional al considerar que no se puede atender apropiadamente.
Integridad: Siempre nos conduciremos de manera honesta y justa, con consciencia de nuestros sesgos, preconcepciones y poniendo un esfuerzo importante por clarificar en cada momento los roles establecidos, la dinámica de la interacción profesional y los acuerdos establecidos con el cliente.
Responsabilidad Profesional: Se establece el compromiso de sostener una práctica que garantice el bienestar y los derechos de los clientes (analizantes y coachees), de modo que los servicios tengan una aplicación adecuada en un marco de condiciones apropiado.
Respeto a los derechos y dignidad de la gente: Los clientes serán tratados con dignidad y respeto, siendo consciente de diferencias culturales y el derecho de autonomía, privacidad y confidencialidad del cliente.
Se establece le obligatoriedad de mantener el respeto a los derechos, dignidad y valores fundamentales de todas las personas. Se resalta el derecho a la privacidad, confidencialidad, autodeterminación y autonomía cuidando que las obligaciones que podrían llevar a la inconsistencia y al conflicto con el ejercicio de estos derechos.
Estamos conscientes, reconocemos y respetamos las diferencias culturales, individuales y de rol, incluyendo aquellas que se den por edad, género, raza, etnia, origen nacional, religión, orientación sexual, incapacidad, lenguaje y estatus socioeconómico.