Expresión, Creatividad y Psicodrama III (Una experiencia con actores en formación)
Respiración y Relajación
Expresión, Creatividad y Psicodrama II
En la práctica privada, durante las sesiones de Coaching, he utilizado técnicas psicodramáticas para abordar situaciones que el cliente identifica como amenazas en sus procesos de comunicación, personas y espacios concretos que coartan su expresividad y por lo tanto entorpecen la manifestación de sus ideas, emociones o visiones respecto a una situación determinada.
Dedico gran parte del trabajo a identificar, desde distintos niveles, aquello que limita o bloquea la comunicación del individuo de distintos modos, teniendo presente la perspectiva de que lo que ocurre afuera también está ocurriendo adentro. Así podemos ver las escenas e interrelaciones del cliente como reflejo de un entramado de personajes que coexisten en su interior. Esta es una forma de aproximación eminentemente psicodramática.
Un cliente puede tener como objetivo de trabajo lograr mayor impacto en su ámbito laboral, así que empezamos a idenificar qué ocurre en sus interacciones y sus recorridos por el trabajo que evitan que esa intención se realice; dicho de otro modo, nos interesa identificar qué puede hacerse diferente o en qué situaciones está presentándose un desafío mayor para poder reconocer formas de actuación que no están produciendo los resultados esperados.
Podemos entonces, en la sala de trabajo, crear la escena específica donde se manifestó el bloqueo, en la cual se frustró el objetivo de mayor impacto. Entrar en esa situación, utilizando cualquier espacio para recrear la situación seleccionada, permite abrir un espacio para la experimentación de nuevas posibilidades, habiendo reconocido primero lo que ha ocurrido en la «realidad».
Esta realidad creada en el ahora que es la escena, es reconocida por una parte del individuo como totalmente verdadera, de modo que los cambios que ejerza allí tendrán efecto en su vida fuera del espacio de asesoría. Se integran con facilidad las dinámicas del psicodrama: el juego y cambio de roles, los soliloquios, los doblajes (que generalmente hago en mi papel de asesor), todo ello permite que el cliente reciba información de utilidad para sus interacciones.
Se hace indispensable que el cliente perciba, además de sus pensamientos, sus sensaciones físicas, sus reacciones corporales (hasta las minúsculas), el surgimiento de emociones (incluso las sutiles), las inflexiones de su propia voz en esa situación, y todo lo que se manifiesta en un ámbito no del todo conciente pero que en la escena puede ser explorado en detalle.
Este registro de sensaciones, emociones, pensamientos y acciones es lo que permite elaborar y trabajar en la situación, y a través de ella abordar los aspectos intrasubjetivos que están bloqueando o impidiendo el flujo de la comunicación.
La experiencia me ha venido mostrando que el arte de la comunicación presencial e interpersonal requiere del autoconocimiento, como eje fundamental del proceso de aprender nuevas formas expresivas; además este es un ámbito en el cuál sólo pueden generarse cambios o integrarse técnicas a través de la práctica activa, por medio del involucramiento total del individuo en una situación desafiante de interacción con otros.
Este trabajo escénico, a través de técnicas del psicodrama, permite un aprendizaje más completo, que incluye todas las dimensiones de una persona. Por otro lado, es concebido como un lugar y práctica de entrenamiento constante, para generar cambios paulatinos e irlos probando a medida que suceden, en un ambiente seguro.
Todo esta dinámica es aplicable a cualquier ámbito de la vida (laboral, personal, familiar) y a múliples objetivos vinculados a la comunicación presencial e interpersonal. Estos son algunos de los objetivos que me plantean mis clientes: ser más flexible en mi comunicación con otros; ejercer mi capacidad de liderazgo; expresarme con más seguridad; desarrollar fortaleza en mi expresión; ser más asertivo y menos directivo en ocasiones; ser más conciliador; entre muchos otros. Ello puede hacerse presente en el espacio laboral, personal familiar, personal íntimo.
Para todo ello, el trabajo escénico ofrece posibilidades infinitas. Tener la experiencia, involucrar cuerpo y emociones a la labor racional es una importante clave para aprender y avanzar. Después de todo, se trata de comunicación y expresión.
Elogio a la Lentitud
Carl Honore Elogia la Lentitud (Más información en el Web Site TED)
Expresión, Creatividad y Psicodrama I

Inicio con este texto una serie de artículos dedicados al tema de la creatividad en la expresión, y el psicodrama como técnica para su desarrollo.
Actualmente estoy trabajando con diversos grupos, en contextos diferentes, centrado en el impulso a la expresión creativa y espontánea, utilizando para ello diversas formas de improvisación escénica, con el psicodrama como núcleo del trabajo que venimos desarrollando.
Lo más básico en esta línea de trabajo, es que el surgimiento de la creatividad está vinculada a estados de profunda conexión interna, que sólo se producen si existe el adecuado estado de concentración y relajación.
El principal obstáculo que enfrentamos entonces es aquello que nos resta espontaneidad: la mente racional, los cálculos lógicos que generalmente hacemos para conducirnos de forma adecuada en nuestra cotidianidad, la ansiedad por anticiparnos a lo desconocido y mantener todo bajo control. Todo ello se traduce en fuertes tensiones emocionales y corporales.
En mi experiencia la primera etapa es observar, percibir o contactar con esas tensiones, esas dificultades para expresarme. Es un momento del trabajo en el cual me doy cuenta de cómo se manifiesta el obstáculo, de qué manera lo percibo (sensaciones físicas, movimiento interno, ideas repetitivas) y cuál es mi reacción habitual ante eso.
Esta información acerca de la manera en que el bloqueo a mi expresión espontánea y creativa se manifiesta, me permitirá ubicar o determinar un objetivo de trabajo y tener información suficiente para el desarrollo de la exploración posterior. No se trata necesariamente de plantearnos superar esos bloqueos o resolver las dificultades, tampoco es necesario entender por qué se presentan esas dificultades, lo relevante es percibir o sentir lo que pasa, cómo pasa y cuál es su dinámica.
Al tener la experiencia de las tensiones que aparecen cuando inicio una acción creativa, cuando me abro a percibir el mundo y a establecer contacto con otras personas, en otras palabras cuando tomo el riesgo de la comunicación, vislumbro mejor la forma en que mis recursos expresivos se encuentran disminuidos y limitados.
En la escena psicodramática esta primera etapa es la de jugar y mover las situaciones que hacen referencia a esa dificultad expresiva, indagar en la acción sobre aquello que me ocurre con situaciones concretas, de modo que pueda reconocerlo con claridad cada vez que se manifieste. Dicho de otro modo: se trata de generar la identificación y la confrontación con aquello que no me permite manifestar mi potencial creativo y mi espontaneidad.
La intención no es comprender o explicar lo que ocurre, sino tener la experiencia de eso que es incertidumbre para mí: el potencial de la nueva respuesta a la situación habitual, las posibilidades de acciones diferentes a las situaciones de siempre. Todo ello debe percibirse claramente en las sensaciones físicas, el cuerpo es el mejor instrumento de registro.
Si se suprime el afán por resolver, comprender, analizar o explicar lo que sucede, entonces existe la posibilidad de encontrar vías de abordar lo que se esté trabajando en el momento. La tensión o limitación a la espontaneidad y la creatividad, que es nuestro primer elemento de trabajo, cobra nueva vida y provoca el acceso a recursos expresivos más profundos, al manifestarse en escena de múltiples formas y mostrar por sí misma matices insospechados.
Aparecen así imágenes, personajes, situaciones fuera de lo habitual, todo lo que permite hacer metáforas y colocar la atención en otro ámbito: es el uso de la imaginación dinámica para crear nuevas posibilidades de comunicación conmigo y con otros.
El juego escénico es el que permite y facilita este proceso, y la técnica del psicodrama ofrece posibilidades para experimentar con todos los sentidos y las emociones disponibles eso que vivimos como tensión. Habiéndolo reconocido con el cuerpo, empieza entonces el recorrido hacia nuevas e inesperadas maneras de expresión, pero eso es ya la siguiente etapa del proceso.
Intentaré luego publicar algunos ejemplos de este trabajo antes de pasar a contar como se desarrolla la segunda fase.
Trabajar sobre una expresión libre y espontánea
Mi actos de comunicación podrían constituir movimientos de verdadero contacto real y con sentido, en relación conmigo y con otros. ¿Cómo se observa y se percibe este suceso y estado de conexión? Se trata de una experiencia particular (propia de cada individuo), pero es posible que se reconozcan ciertos aspectos comunes a todos: coherencia y balance en la expresión, claridad y fluidez en el transcurrir de la interacción.
«Libre y espontáneamente» no significa entonces fuera de control o con emocionalidad desmedida, se trata de lo opuesto, de conciencia y justa medida, de adaptabilidad dinámica a mis propias necesidades expresivas, las circunstancias, el contexto y el estado de las personas a las cuáles me estoy dirigiendo. Se entiende aquí esto no como represión sino como contención, es un arte similar al del chef: todos los ingredientes en el desarrollo del plato son colocados en el momento adecuado, en la medida correcta para producir un determinado sabor.
Así voy conduciendo los ingredientes de mi particular expresión: emociones, ideas, sensaciones, que van emergiendo como movimiento corporal, gestos, voz (con sus tonos y ritmos).
Por eso considero que la primera etapa para el desarrollo de nuestra expresividad es el autoconocimiento. Oradores, profesores, expositores, conferencistas, intérpretes, actores, y todo aquel que se dirija a otros con su voz, su cuerpo y sus palabras, requiere en primer término tener un ato grado de conciencia de sí mismo.
Si esto se asume como tarea primordial, entonces será posible el aprendizaje y desarrollo de una técnica real para el trabajo expresivo. Ese conjunto de técnicas expresivas se convertirían con el paso del tiempo en una segunda naturaleza, logrando así lo que todo orador, presentador, actor o cantante quiere: fluidez y espontaneidad.
La labor de desarrollo de la expresividad y la espontaneidad exige el desarrollo de nuevos hábitos, sugiero algunas acciones sencillas y concretas que pueden apoyar el proceso de autoconocimiento y de desarrollo de esa segunda naturaleza:
– Llevar un registro personal de experiencias cotidianas de interacción con otros: encuentros, conversaciones, negociaciones, desafíos en la expresión, etc.
– Mantener algún tipo de rutina de ejercicio o actividad física, para fortalecer el vínculo y la conciencia del cuerpo, así como desarrollar mayor capacidad expresiva.
– Realizar hasta las más pequeñas acciones cotidianas (levantarme de la cama, asearme, entre otras) colocando en ellas un mayor grado de atención y ocasionalmente cambiando el orden en que las realizamos, el ritmo o colocándols alguna intención adicional.
– Mantener un plan de lectura y fortalecer este hábito. Cotidianamente leer algún fragmento de cualquier libro o del dierio en alta voz.
– Memorizar en lapsos de tiempo determinados de acuerdo a mi nivel de actividad (uno a la semana o al mes) algún texto de mi agrado: poema, pasaje de una novela, monólogo de un personaje.
– Meditar, orar o realizar algún tipo de actividad similar para fortalecer mi vínculo interno con aquello que nos es desconocido o difícil de racionalizar.
Este conjunto de actividades, a las que pueden sumarse otras que seguramente el lector a estará imaginando, constituyen una plataforma concreta sobre la cual desarrollar capacidades de expresión y comunicación: la escucha, el ritmo adecuado para nuestras interacciones, el uso de la voz y la gestual, el abordaje del idioma, etc.
Sin una base en nuevos hábitos y una conciencia abierta y despierta en las interacciones cotidianas, sin cierto grado de conocimiento sobre mis propias características y cualidades para la comunicación presencial, los cambios que se intenten hacer en los aspectos técnicos de la expresión personal tendrán sólo un efecto pasajero, mientras que lo que estamos buscando son cambios permanentes, mayor apertura y naturalidad, en una frase: la expansión profunda de nuestra expresividad.
El Gran Dictador (Charles Chaplin)
El «Gran Dictador» es una película escrita y dirigida por Charles Chaplin, estrenada en Estados Unidos en 1940, justo antes del inicio de la Segunda Guerra Mundial. Este discurso final es un llamado célebre de Chaplin a la libertad, antes de haber ocurrido los mayores desmanes del Estado Nazi y mucho antes de conocerse los abusos, las torturas y muertes ocurridas en los campos de concentración. Chaplin, intuitivo y creador excepcional, nos dejó estas palabras en el film.
Educación y Creatividad
Este video contiene la intervención de Sir Ken Robinson, en las TED Conferences (Technology, Entertainment, Design), en la cual habla de la relación entre educación y creatividad, y nos alerta de la importancia de cambiar nuestros paradigmas al respecto. Excelente ejemplo de uso del humor y de la precisión en el discurso, con pertinencia en el contenido.











