Coaching

Escuchar con Compromiso*


Hablemos del papel de la escucha en un proceso de coaching.

Escuchar con compromiso implica, desde mi perspectiva, una intención, un tono particular para la escucha, que puede ser dinámico y transformarse, pero que está siempre presente en la sesión de coaching.

Me interesa mucho como esa intención cambia, porque su presencia no es protagónica pero sí constante, de modo que estará en segundo plano sosteniendo siempre toda la dinámica del diálogo entre el coach y su cliente.

A veces, la escucha tomará el control, sin que el coach pueda o deba hacer algo al respecto. Sencillamente se apoderará de toda la dinámica, y siendo invisible facilitará el fluir del relato y las reflexiones del coachee, posibilitando su transformación.

En otras ocasiones, se presentará con más claridad en la dinámica de la sesión, generando espacios en los que se pensará, se percibirán tensiones, ritmos y tonos. Así que podrá ser, en algunos casos, una herramienta.

Lo cierto es que es la escucha lo que permitirá al coach ver más allá de las palabras dejando de lado cualquier interpretación, percibir las sutilezas del lenguaje no verbal, recibir las sensaciones y emociones de la interacción, captar todos los flujos de información de aquello que se expresa en la sesión.

La escucha me conecta de inmediato con la idea de ser testigo e intervenir lo menos que me sea posible. Depende del rol que me corresponda en una sesión, puedo ser “invisible”, aunque los involucrados sepan que estoy allí; sencillamente percibo, con todos mis sentidos, lo que se está desarrollando, la narrativa del cliente y las interrogantes que el coach elabora. Me voy acompasando, andando con ellos en la exploración de posibilidades.

Escuchar también me permite comprender, no como un acto intelectual sino como una vivencia: comprendo cuando me conecto, incluso cuando no puedo explicar lo que está ocurriendo, entro en una dimensión de cooperación y evolución, andando junto al cliente hacia su propia liberación. Esto ocurre particularmente en el papel de Coach.

Como coachee, lo que produce en mi la escucha comprometida por parte del coach es un efecto de empoderamiento y una sensación muy clara de libertad. Yo soy el dueño de la sesión y por lo tanto mi propio maestro, mi propio guía. He sentido en una sesión que tengo autonomía para expresar cualquier idea o emoción, que puedo elaborar con total apertura mi pensamiento y sumergirme en las posibilidades que mi imaginación pueda generar.

Mientras escribo llego a la conclusión de que escucharnos con compromiso a nosotros mismos es sumamente valioso y realmente nos permite avanzar a otro nivel de experiencia, más completo quizás, de mayor realización personal.

Escucharme y escucharte es un riesgo.

Porque el hecho de abrir mis canales perceptivos a mi propia experiencia y a tu relato personal, es adentrarme en un mundo dinámico, de constante cambio, en movimiento sostenido, con desenlace impredecible.

La dinámica de la escucha concatena momentos con un sentido que se va creando en el devenir del encuentro. Así, se dibuja una narrativa concreta en el ahora y a cada instante se transforma por entero. Escuchar con compromiso es renunciar a lo que creía establecido porque dejo de encajar lo que recibo con mis creencias y opiniones, para realizar el acto de abandonar mis juicios y percibir ingenuamente lo que estás construyendo en el presente.

La escucha es también el camino de los poetas y de los músicos, es la salida ante cualquier desesperanza, es la página en blanco para volver a dibujar los sueños.

Por eso escuchar requiere de mucha valentía. Escuchar con compromiso exige una renuncia del ego, para ir en silencio a encontrar la propia voz que aguarda del otro lado, más allá de los conceptos y las pre-concepciones.

He empezado a experimentar eso al escuchar a mi hijo, a mi esposa, a mis compañeros de trabajo. Me sorprende todo lo que puedo percibir y todas las emociones que emergen de esa escucha. Recuerdo que alguna vez estuve abierto a esa información pero que luego aprendí a omitirla y llegué a olvidarla porque necesité adaptarme a unas formas y unos códigos ya establecidos.

Escuchar es también recordar.

Ahora que les escucho, entro en un espacio-tiempo de silencio. Aguardo a comprender, espero la señal para el movimiento.

—————————–

* “Escuchar con Compromiso” es una Maestría de la International Association of Coaching (IAC), que estudiamos en la International School for Coaching and Human Development (ISCD). 

Deja un comentario