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Comunicación: comenzar desde lo esencial


expresion-oralLos temas básicos del proceso de Comunicación Humana, son centrales al momento de trabajar sobre las propias habilidades expresivas y de interacción con otros. Se trata de nociones esenciales que, de ser bien abordadas, nos abren la posibilidad de un proceso para toda la vida en este campo tan relevante.

Propongo iniciar pensando en los niveles de Comunicación: Intrapersonal, Interpersonal, Grupal y Masiva. Cada uno de ellos requiere de un entrenamiento diferente, posibilidades distintas de abordaje de nuestras posibilidades expresivas y nuestra capacidad para comunicarnos.
Para los primeros niveles, lo esencial es la conexión y la escucha, la capacidad para percibir. En los niveles posteriores, la emisión, la habilidad de transmitir, se hace cada vez más central y exigente.
Sin embargo, sin la capacidad de percibir, y al pensar en lo intrapersonal nos referimos a escucharnos internamente, no es posible emitir con sentido, se hace sumamente difícil hacer llegar nuestro mensaje a cualquier audiencia, no digamos siquiera articularlo con coherencia.
Por eso planteo una y otra vez en mi trabajo sobre la Comunicación Humana que debemos iniciar con el proceso de clarificar el modo en que nos comunicamos con nosotros mismos, y la identificación de aquello que nos motiva o nos lleva a querer expresarnos en cualquier nivel que nos estemos planteando.
Hay mucha responsabilidad, porque en cada interacción con otros, trátese de una clase en la universidad si somos docentes, un proceso de negociación para lograr nuevos acuerdos o algún contrato, un diálogo personal con un amigo o la pareja, cualquier encuentro e intercambio es una posibilidad de impacto, influencia y transformación.
Partiendo de esa noción, es imprescindible entender que todo acto de comunicación posee un sentido, y que tenemos la obligación, en cierto modo, de encontrar esa dirección, de darle significación total a nuestro encuentro con otro. Ello ocurre desde desde el fuero interior, desde el momento en que nuestros impulsos, ideas, emociones, motivaciones u otros, se manifiestan adentro y generan la suficiente energía para el acto expresivo.
Por supuesto a ello hay que permitirle una forma adecuada, pero sin esa conexión interna toda la técnica queda flotando en un vacío sin sentido ni fuerza.
La forma: tono de voz adecuado, contacto visual, gesto y manejo corporal, entre otros elementos; resplandece y alcanza altos niveles cuando existe una necesidad genuina de comunicarnos, y tenemos la capacidad de percibirnos en el momento mismo de la interacción con el otro. A partir de nuestra escucha interna seremos más capaces de percibir a los demás, de modo que adaptaremos nuestros mensajes para tener las mayores posibilidades de encuentro y acuerdo.
Lo dicho, un trabajo constante que lleva toda la vida, el de afinar y profundizar la comunicación intrapersonal, y desde allí ir abordando y mejorando la capacidad y los aspectos técnicos de los otros niveles hasta alcanzar aquello que buscamos, la posibilidad de comunicarnos con mayor impacto e influencia.

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