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De la voz y la conexión


La voz es un instrumento fundamental en el proceso de comunicación humana. En las vibraciones de nuestra voz está nuestra historia personal, nuestras certezas y temores, y finalmente la capacidad que tenemos para impactar a otros, hacerles llegar nuestras ideas, mensajes o propuestas.

El sonido de nuestra voz posee gran cantidad de información, sostiene nuestra expresión en gran medida y es capaz de conectar, o no, con nosotros y con quienes nos escuchan.

Esta es una de las claves en las que insisto a menudo: la conexión. El trabajo sobre la voz debe tener como primer objetivo el logro de esa conexión, el establecimiento de una relación dinámica entre la voz y las sensaciones que nos produce, las emociones que se movilizan a través de ella, las imágenes que crea su sonido dentro de nosotros.

El proceso parte de la respiración, de esa dinámica de inhalar y exhalar permitiendo la recepción de estímulos del entorno y luego facilitando la liberación de las tensiones internas para que ocurra la expresión. Esta primera aproximación a la voz puede ser novedosa para muchas personas.

Inhalar es percibir, recibir, recoger las señas de todo lo que me rodea y del tipo de procesamiento que hago de cualquier estímulo externo; cuando sostengo el aire en mi interior ocurre el procesamiento de toda esa información, lo cual afecta y transforma mi mensaje e incluso afecta mi intención; al exhalar ocurre la expresión y, si realmente lo permito, el contacto con otros: es el momento en que emerge el sonido de mi voz.

Esta es la base, el proceso de respiración, donde se generan las condiciones para el acto de la comunicación. Una vez entendido y practicado esto (el proceso de inhalar, sostener y exhalar), abordando las técnicas de la respiración para una mejor proyección y control de la voz, iniciamos el viaje por otros elementos de la comunicación no verbal: el tono, el timbre, el ritmo, la proyección, el volumen, la modulación, los matices. Finalmente pasaremos a la relación entre la voz y el movimiento (la expresión gestual y corporal).

En general mi aproximación a estos elementos es progresiva, aunque estos procesos se producen de manera simultánea en el acto de comunicación. Lo cierto es que es esencial considerarlos, reconocerlos y abordarlos con el propósito de mejorar la experiencia de interacción con otros y aumentar el impacto de nuestra expresión.

La voz guarda mucha información, trabajar sobre ella es crecer integralmente como individuos y reconocer las grandes capacidades que como seres humanos tenemos al comunicarnos.

Si quieres más información o te gustaría trabajar sobre tu voz, contacta con nosotros: enlace.ecreativa@gmail.com 

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