¿Alguna vez te has dejado llevar por una inquietud en particular?
Janet Echelman, una escultora como pocas, lo hizo. Años atrás, sintió la necesidad de crear esculturas utilizando redes de pescar, lo que le permitió obtener obras de arte que “respondieran a las condiciones climáticas”, sobre todo al viento.
Tal fue su fascinación que a medida que creaba, los resultados eran todavía más maravillosos. Finalmente, su trabajo llamó la atención de otros artistas y arquitectos en el mundo, invitándola a aventurarse en proyectos de gran envergadura.
A continuación, Echelman nos cuenta cómo su creatividad ha ido “tejiéndo” su historia de escultura en escultura: