
LA IMPORTANCIA DEL PROPÓSITO

“Hay en el universo una fuerza inconmesurable, indescriptible, que los chamanes llaman «propósito», y absolutamente todo lo que existe en el cosmos está ligado al propósito por un vínculo de conexión” (Carlos Castaneda).
La Fuente, que es intención, es energía pura, ilimitada, con unas vibraciones tan rápidas que desafían toda medición y observación. Es invisible, sin forma ni límites. De modo que, en nuestra Fuente, somos energía amorfa, y en ese campo espiritual de la energía, informe y vibrante, reside la intención.
La intención es una fuerza presente en todas partes como campo de energía; no se limita al desarrollo físico. También es el origen del desarrollo no físico. Ese campo de la intención existe aquí y ahora, y puedes acceder a él. Cuando lo actives, empezarás a notar que tu vida tiene un objetivo y te dejarás guiar por tu ser infinito (…) Al tiempo que te inclinas simbólicamente ante esa fuerza, reconoce que te estás inclinado ante ti mismo.
Seis convicciones del Ego que nos separan de la Intención:
Cuatro Pasos hacia la Intención:
Yo repito en silencio la palara «intención» o «propósito» para que me ayude a librarme del ego y estar centrado en mí mismo (…) Ábrete a la posibilidad de recibir la ayuda que deseas. Confía en la intención. Existe para ti. Mantente alerta y dispuesto a aceptar cualquier orientación que se te presente. Vibra en armonía con la Fuente omniproveedora.
Puedo tomar cualquier espacio vacío y llamarlo un escenario desnudo. Un hombre camina por este espacio vacío mientras otro lo observa, y esto es todo lo que se necesita para realizar un acto teatral.
Es necesario crear un espacio vacío para que se produzca algo de calidad. Un espacio vacío permite que nazca un nuevo fenómeno, ya que sólo si la experiencia es fresca y nueva podrá existir cuanto se relacione con contenido, significado, expresión, lenguaje y música. No obstante, no hay experiencia fresca y nueva sin un espacio puro, virgen, para albergarla.
Se llama tesitura a la extensión de la voz dentro de la cual el cantante se mueve con facilidad y comodidad. La frecuencia óptima para la voz hablada se halla en la parte baja de la tesitura.
La extensión es el conjunto de tonos o frecuencias que puede emitir la voz. La extensión es superior a la tesitura, ya que es la suma de ambas.
La voz humana tiene la posibilidad de unas tres octavas de extensión. La tesitura de una voz culta (voz entrenada, la del cantante o del orador profesional) es aproximadamente de dos octavas (…) El aumento de la tesitura se adquiere con entrenamiento.
Según la tesitura, la voz se clasifica en general en tres categorías para cada sexo. Del grave al agudo son: bajo, barítono y tenor para los hombres; contralto, mezzosoprano y soprano para las mujeres.
La mayoría de las voces pertenecen al registro (tesitura) agudo. Las voces agudas (tenores y sopranos) representan un 80% de todas las voces. Las voces centrales (barítonos y mezzosopranos), un 15% y las voces graves (bajos y contraltos), un 5%.
La voz tiene la capacidad de sonorizarse en cualquier espacio de la vía respiratoria.
Una voz disfónica raramente se sitúa, en el espacio, en la zona alta de los resonadores con el consiguiente predominio de los armónicos agudos; normalmente lo hace a la inversa, hacia abajo, con la pérdida de estos armónicos, lo que provoca una voz opacada, descimbrada y poco sonora.
La tesitura no es voluntaria, sino que obedece a diferentes factores: morfológicos, endocrinológicos, Psicológicos, etc., los cuales dan a cada individuo un timbre particular. Dentro de cada tesitura hay una zona óptima para la voz hablada (y cantada) en la que la voz se mueve con toda comodidad y sin riesgo para el aparato fonador. Ésta es la zona que debemos localizar y potenciar.
RELACIÓN CUERPO-VOZ
Cuando la voz no expresa libremente nuestro sentir puede dañarse. Hablar de forma relajada, con placer y complacencia es un privilegio de pocos. Un profesor, por ejemplo, debe dar su temario al mismo tiempo que debe mantener un cierto grado de disciplina, y debe hacerse oír por encima de ruidos internos y externos. Esta situación imprime tensiones musculares que llevan a posturas corporales inadecuadas. Las más frecuentes son: tensión mandibular, tensión cervicocraneal, levantamiento de hombros (con el desequilibrio esqueléticoy de musculatura de tronco que conlleva). Todo ello implica un riesgo para la voz.
Esto es extensible a cualquier persona que vive su trabajo o su relación familiar y social con un exceso de celo o en una situación de estrés.
Los síntomas del estrés, a menudo, nos pasan desapercibidos porque no tenemos desarrollada la muy sana costumbre de atender mensajes que el cuerpo nos envía. Cuando algo va mal el cuerpo avisa, pero nosotros (que en general nos creemos muy importantes, muy ocupados o muy valientes) hacemos caso omiso o, lo que es peor, nos sentimos orgullosos de soportar sin quejas.
Algunos de los síntomas del estrés son: tensión muscular sobre todo de la mitad del tronco para arriba; dificultad para dormir; dificultad para concentrarse; irritabilidad; impaciencia; cambios en la alimentación (exceso o inapetencia); ansiedad expresada en hábitos o patrones adictivos (cigarrillo, consumo de bebidas alcohólicas); pérdida de interés sexual; etc.
Por lo que se refiere a la voz, el estrés tensiona músculos directa o indirectamente implicados en el acto fónico, lo cual debemos tratar de combatir.
Otro aspecto importante relativo a la POSTURA es el estiramiento de la columna vertebral. Para lograr un mejor funcionamiento el abdomen debe estar trabajando todo el tiempo. Existe una tensión dinámica que “empuja” en distintas direcciones: hacia atrás en la espalda, hacia abajo las caderas y hacia arriba a la altura del diafragma. Esta fuerza dinámica en tres direcciones permite sostener el cuerpo sin tensión, pues los hombros y la garganta se relajan, los brazos y las manos responden a los impulsos que vienen del centro constituido por el abdomen y la pelvis.
* Zona preferente de la respiración: hay personas que respiran sólo a la altura del pecho, otras más hacia el abdomen o la pelvis, otras elevan los hombros y bloquean el resto del cuerpo.
* Ritmo de la respiración: hay respiraciones rápidas y entrecortadas, otras caóticas, otras con ritmos específicos y que se sostienen a lo largo de la presentación, etc.
* Uso del aire al hablar: algunos usan muy poco aire y acumulan un exceso de tensión en la garganta, otros por el contrario suenan como si tuviesen “fuga de aire”, lo que quiere decir que sueltan más del que necesitan para hablar. Algunos se cansan al hablar y eso se hace evidente por la forma de respirar.
Lo más importante en mi experiencia, es no forzar ningún cambio en estos aspectos, por eso en un primer nivel de trabajo solicito únicamente observar estos patrones y no hacer nada al respecto. Generalmente lo que ocurre es que ellos van variando naturalmente cuando el orador toma conciencia de ellos, es decir, de como constituyen una forma de funcionamiento.
Con la práctica, el comunicador oral va dándose cuenta de lo que sirve mejor a sus objetivos de interacción o expresión. Abordar el trabajo de este modo pretende evitar que se sumen nuevas tensiones a las ya existentes, para liberar las identificadas gradualmente.
Además de estos aspectos relativos al funcionamiento corporal en la situación de comunicación presencial, es de suma importancia tener un (3)OBJETIVO o INTENCIÓN de comunicación. Quien da un discurso debe tener claridad sobre su propósito específico, el cual siempre está vinculado al efecto que desea causar en su audiencia; por otro lado, ese objetivo debe constituir una necesidad genuina, comprometer al presentador. Generalmente la existencia de este compromiso constituye ya una energía que corrige o compensa naturalmente las fallas que, en su ejecución discursiva, puede tener cualquier orador.
Estos tres elementos (propósito, postura y respiración) son el núcleo del trabajo sobre la comunicación oral. A partir de ellos se pueden aprender y desarrollar los otros aspectos técnicos del arte de hablar en público.
Realmente lo siento, pero no aspiro a ser emperador. Eso no es para mí. No pretendo regentar, ni conquistar nada de nada. Me gustaría ayudar en lo posible a cristianos y judíos, negros y blancos. Todos tenemos el deseo de ayudarnos mutuamente. La gente civilizada es así. Queremos vivir de nuestra dicha mutua…no de nuestra mutua desdicha. No queremos despreciarnos y odiarnos mutuamente.
En este mundo hay sitio para todos. Y la buena tierra es rica y puede garantizar la subsistencia de todos. El camino de la vida puede ser libre y magnífico, pero hemos perdido ese camino. La voracidad ha envenenado el alma de los hombres, ha rodeado el mundo con un círculo de odio y nos ha hecho entrar marcando el paso de la oca en la miseria y en la sangre. Hemos mejorado la velocidad pero somos esclavos de ella. La mecanización que trae consigo la abundancia nos ha alejado del deseo. Nuestra ciencia nos ha vuelto cínicos. Nuestra inteligencia duros y brutales. Pensamos en exceso y no sentimos bastante. Tenemos más necesidad de espíritu humanitario que de mecanización.
Necesitamos más la amabilidad y la cortesía que la inteligencia. Sin estas cualidades la vida solo puede ser violenta y todo estará perdido. La aviación y la radio nos han acercado los unos a los otros. La naturaleza misma de estos inventos requería la bondad del hombre y reclamaba una fraternidad universal para la unión de todos.
En este momento mi voz llega a miles de seres esparcidos por el mundo. A aquellos que puedan comprenderle les digo: no desesperéis, la desgracia que ha caído sobre nosotros no es más que el resultado de un apetito feroz, de la amargura de unos hombres que temen el camino del progreso humano. El odio de los hombres pasará y los dictadores perecerán, y el poder que han usurpado al pueblo volverá al pueblo. ¡Y mientras existan hombres que sepan morir, la libertad no podrá perecer! Soldados, no os entreguéis a esos brutos…hombres que os desprecian y os tratan como esclavos, hombres que regimientan vuestras vidas, imponen vuestros actos, vuestros pensamientos y vuestros sentimientos; que os amaestran, os hacen ayunar, os tratan como ganado y ¡os utilizan como carne de cañón!.No os pongáis en manos de esos hombres contra natura, de esos hombres-máquina con corazones de máquina. ¡Vosotros no sois máquinas!¡Vosotros no sois ganado!¡Vosotros sois hombres!¡Vosotros lleváis el amor de la humanidad en vuestros corazones! No odiéis. Sólo los que no son amados odian. Los que no son amados y los anormales….Soldados, ¡no combatáis por la esclavitud! Combatid por la libertad. En el capítulo 17 del evangelio según San Lucas está escrito: “El reino de Dios está en el hombre mismo”. No en un solo hombre, ni en un grupo de hombres, ¡en todos los hombres! Y ¡vosotros! Vosotros, el pueblo tenéis el poder para crear máquinas. El poder para crear la felicidad.
Vosotros el pueblo tenéis el poder para crear esa vida libre y espléndida…para hacer de esa vida una radiante aventura. Entonces, en nombre de la democracia, utilicemos ese poder…¡unámonos todos! Luchemos por un nuevo mundo, un mundo limpio que ofrezca a todos la posibilidad de trabajar, que de a la juventud un porvenir y resguarde a los ancianos de la necesidad, prometiendo estas cosas gente ambiciosa se ha hecho con el poder, pero ¡han mentido! No han mantenido sus promesas, ¡ni las mantendrán jamás! Los dictadores se han liberado pero han domesticado al pueblo. Combatamos ahora para que se cumpla esa promesa. Combatamos por un mundo equilibrado…un mundo de ciencia en el que el Progreso lleve a todos a la felicidad. ¡Soldados! en nombre de la democracia, ¡unámonos!
Charlie Chaplin, El Gran Dictador, 1940
• Para inhalar la espalda se expande y los músculos abdominales se retraen hacia dentro mientras la caja torácica sube y se expande.
o El aire se aspira por medio de la boca abierta y la garganta.
o Al aspirar el aire se sentirá la sensación de expansión en la espalda media y baja.
• La exhalación también es un proceso activo y se controla al empujar los músculos abdominales hacia fuera o hacia abajo, lo cual es similar a lo que el cuerpo hace de forma natural al toser o gruñir por esfuerzo.
o Este movimiento muscular cierre los esfínteres inferiores del cuerpo y coordina el movimiento muscular en la garganta al permitir apoyo en la laringe, y resistencia más efectiva a las cuerdas vocales contra la presión de aire de los pulmones.
o La continua participación por parte de a faja abdominal al empujar hacia fuera o hacia adentro permite el control más fuerte de flujo de aire para dar poder a la voz.
Estos movimientos son similares a los de tomar una bocanada de aire. Este movimiento ocurrirá de manera natural para aquellos que no han sido entrenados formalmente en métodos para respirar, pues es algo que el cuerpo parece saber hacer con naturalidad. De esta forma además, se libera el diafragma de tener que asistir al cuerpo a estar en posición erguida y de pie.
Este tipo de respirar también permite mayor capacidad de aire en la caja torácica y posiciona al cuerpo para controlar la producción de sonido más eficientemente para hablar o cantar.
Para practicar:
I. La Respiración.
a. Toma una bocanada de aire lenta y silenciosamente. Presta atención al movimiento elástico y de expansión en la espalda.
b. Inspira por la nariz y la boca, con la mandíbula relajada. El aliento se mueve fácilmente por la parte posterior de la lengua, que permanece debajo de la boca tocando los dientes inferiores.
c. Practica hacer ese movimiento elástico al mantener la boca abierta y la mandíbula relajada. Al hacer saltar elásticamente y abrir la espalda el aire entra al cuerpo con facilidad.
d. Con los pulmones llenos de aire empieza a hablar o cantar. Procura usar el aire para hacer el sonido sin permitirle salida entre las palabras. Ahora la voz debe sonar más potente y llena, como resultado de abrir la garganta y aumentar la presión del aire en los pulmones.
II. Los músculos abdominales.
a. Coloca las manos en el abdomen, justo bajo el esternón, y tira los músculos hacia dentro, luego hacia fuera. Repite este movimiento hasta dominarlos.
b. Coordina la inhalación con el movimiento hacia dentro de los músculos abdominales y la exhalación con el movimiento hacia fuera. Has el movimiento del aire de una forma activa (imagina que estás soplando y apagando una vela de un extremo de la habitación al otro). Involucra los músculos de la espalda para inspirar una buena cantidad de aire, al igual que los músculos abdominales para sacar el aire.
c. Una vez dominado todo esto, puedes reemplazar la respiración con un sonido. Empieza con sonidos cortos y claros con una bocal abierta como la “A” o la “O”, al empujar el aire hacia fuera y sacar el abdomen.
d. El siguiente paso es que sostengas el sonido utilizando las mismas bocales.
Sobre el movimiento energético:
– La respiración abdominal debilita.
– El apretar los dientes o mandíbula debilita.
– Respirar por la nariz debilita.
– Colocar la lengua en el paladar debilita.
– Relajar la mandíbula fortalece.
– Respirar por la boca y la nariz fortalece.
– Mantener la lengua en el fondo de la boca fortalece.
Existen muchos nervios principales que corren a través de la mandíbula a la parte inferior del cuerpo. Cuando la mandíbula está apretada la vía de información se cierra. El colocar la lengua en el paladar es como cerrar un tomacorriente, cierra un circuito de energía importante del cuerpo.
Formar el hábito de respirar por la nariz y la boca, mantener la lengua y la mandíbula relajadas y respirar hacia la espalda, permiten pensar con claridad, hablar potentemente y sentir mayor vitalidad.
“Una vez que el tono ha sido lanzado, se debe pensar como debe ser propiamente sostenido, y ello le concierne al arte de respirar”. (Enrico Caruzzo).
Repasemos el proceso:
• Primeramente los pulmones deben ser totalmente llenados de aire. Un tono dado con lo pulmones a medias pierde la mitad de su autoridad y tiende a ser falso en tono.
• Para tomar una respiración completa, la cavidad torácica debe elevarse a la vez que el abdomen se retrae, luego con la expulsión gradual del aliento un movimiento contrario sucede.
• El diafragma y el tejido elástico que contienen al estómago y a los órganos vitales, y los músculos cercanos, por medio de la práctica obtienen mayor fuerza y asisten grandemente en el proceso de la respiración. Ellos son los factores vitales en el asunto de controlar el suministro de aire que apoya al tono.
Parte de estas ideas las he integrado en mis talleres y entrenamientos.
INFORMACIÓN SOBRE LA RESPIRACIÓN ESTRUCTURAL
El proceso de respirar concientemente y dirigir la respiración, son una de las habilidades más importantes que podemos desarrollar. El respirar es en su mayor parte una acto inconsciente, generalmente no pensamos acerca de respirar, es algo que sólo sucede. Si alguna vez te has encontrado corto de aliento al terminar de decir una frase larga, o cuando estás emocionado o bajo stress, te darás cuenta que a veces olvidamos respirar, sin embargo con la práctica podemos aprender a tomar control y dirigir nuestro proceso de respirar. Cuando aprendemos a hacer esto, estamos en posesión de una herramienta extraordinariamente poderosa.
El dirigir o manejar la respiración tiene muchos beneficios incluyendo: controlar el stress, bajar la presión sanguínea, calmar las emociones, impulsar el fluido de la columna vertebral, ayudar al cuerpo a alinearse, calmar y controlar el proceso de pensar y enriquecer el sonido de la voz.
La respiración estructural describe el tipo de manejo activo de la respiración que provee el mejor apoyo para la voz, abre la garganta, ayuda en la coordinación de los grupos de músculos que se utilizan para la oratoria y el canto y activa la energía corporal y los sistemas de información. La respiración estructural proviene del antiguo método de respirar que por siglos se ha enseñado en el canto, conocido como la técnica “apoyo” (del italiano “apoyare”), la cual se ha practicado a lo largo del tiempo como uno de los métodos de mayor poder para impulsar la producción y el crecimiento vocales. La respiración estructural proporciona mayor apoyo para la voz hablada y los beneficios del control de respiración intencional enfocada.
La respiración estructural se puede aprender más fácilmente por medio de observar algunos de nuestros métodos corporales básicos que mueven el aire y la energía: bostezar, suspirar y jadear. Examinemos lo que sucede en cada de uno de estos procesos:
1. Bostezar. La mandíbula se abre y baja al inhalar profundamente por la boca. La caja torácica y los hombros se elevan ligeramente y la espalda se ensancha al expandirse la caja torácica. El aire penetra el cuerpo profundamente, atraviesa la parte posterior de la lengua y la garganta se abre y se relaja mediante la inhalación. Cuando se exhala la caja torácica y los hombros bajan.
2. Suspiro. Se parece mucho al bostezo. La diferencia más significante es el sonido producido cuando hay movimiento de energía y aire. El sonido de un suspiro usualmente no es dirigido sino suave o pasivo.
3. Jadear (tomar una bocanada de aire). Es el método corporal más efectivo para mover aliento y energía. Es el resultado de nuestra respuesta de afrontar o huir. Cuando se toma una bocanada de aire la espalda y las costillas se expanden notablemente y los músculos abdominales tiran hacia dentro durante la inhalación, cuando el aire se succiona hacia la base más amplia de los pulmones, que yacen en la espalda. Con este movimiento la mandíbula se suelta y se abre para dejar entrar una gran cantidad de aire. Una bocanada de aire sirve para reoxigenar el cuerpo, preparándolo para algún tipo de trabajo o actividad.
Existen algunos factores constantes entre estas acciones que movilizan aire y energía:
– La mandíbula se abre y se libera.
– El aire tira hacia dentro por la boca y la nariz.
– La caja torácica y la espalda se expanden al entrar aire al cuerpo.
– Sucede un movimiento de los músculos abdominales y el diafragma.
Con frecuencia existen conjeturas respecto de si el movimiento exacto de los músculos abdominales tira hacia dentro o hacia fuera durante la inhalación. A muchos de nosotros se nos enseñó la respiración abdominal profunda hecha al mover el abdomen hacia fuera durante la inhalación. Este tipo de movimiento abdominal se puede observar al postrarse en el piso y notar el subir y bajar del abdomen al respirar.
La respiración abdominal a menudo se recomienda como método para relajarse y fortalecer el diafragma, y como el respirar correctamente para hablar y cantar. Con frecuencia se le refiere como “usar el diafragma”, sin embargo esto es un concepto incorrecto, el diafragma es un músculo de movimiento involuntario, si pudiese controlarse concientemente sería fácil parar el hipo, que es causado por espasmos del diafragma. El diafragma en realidad tiene poca relación con el apoyo a la voz y la exhalación.
Aunque la respiración abdominal es efectiva en lograr que la gente mueva el aire más de lo usual, tiene inconvenientes. La expansión del área abdominal tiende a disminuir el volumen de la caja torácica y a causar reducción más rápida del volumen pulmonar. La respiración abdominal no abre la garganta activamente. Además pone al cuerpo en un estado más pasivo, por lo tanto es adecuada para relajarse o hacer yoga, pero si se desea mejorar dinámicamente la producción o proyección de voz y tener acceso a recursos internos profundos del potencial creativo de la mente, se recomienda la respiración estructural.
Lo encontré en alguna revista dedicada a temas de comunicación, hace más de 10 años, y a través de la lectura de aquellas palabras experimenté una especie de revelación, que para mi fue tan sublime como la primera vez que leí el “Demian” de Herman Hesse. Me sentía frente a una posible iniciación a nuevas formas de ver el mundo.
Como parte natural de mi formación en el área de la Comunicación Social, siempre había estado en la búsqueda de formas de percibir la realidad circundante, así como maneras de conexión con mi propia realidad subjetiva, el movimiento de mis emociones y la aparición de eso indescriptible en el interior que se hace intuición o imagen. Siempre pensé que las ideas y los conceptos me permitirían comprender lo que hasta entonces había estado ocurriendo.
Pero en el momento de leer esas líneas, las ideas y las palabras empezaron a ser para mi algo muy distinto a lo que antes eran –aunque he seguido intentando descubrir más profundos misterios en los libros y en el papel (sin éxito, por cierto)-, para irse convirtiendo paulatinamente en vivencia, sensaciones, convocatorias a la acción. Dicho brevemente, la palabra a veces evoca una imagen y la imagen es experiencia.
En aquel artículo Walter Benjamín me dejó saber que en los conceptos no se encuentra el conocimiento, pues ellos se ubican alrededor de los acontecimientos, intentando explicarlos y convirtiéndolos en algo que no son: aseveraciones que pretenden tener valor universal. Los conceptos se ubican en torno al asunto al cual refieren, conformando puntos de referencia que, una vez unidos por las líneas que dibuja quien los recibe, producen una imagen más o menos parecida a la que seguramente tuvo en su ser quien creó aquellos enunciados por primera vez.
Esa idea me estremeció pues nunca antes había comprendido que, esas líneas imaginarias que se dibujan en el firmamento, esa constelación constituida por el esfuerzo creativo y perceptivo de quien observa, son revelación de una experiencia que está tanto en la mente como en el cuerpo, y que es ello lo que realmente constituye el conocimiento: una imagen, conexión entre pensamiento y emoción, entre intelecto y cuerpo.
Y si en la imagen está el conocimiento y es ella también el lenguaje del alma (Krebs, 1998), no es difícil comprender que el cuerpo es nuestra principal vía de experimentación y aprendizaje, de contacto con las emociones y elaboración (incluso intelectual) de nuestras percepciones del mundo y, por lo tanto, de la realidad.
Esto es algo que todos sabemos porque todos lo llevamos como vivencia cotidiana.
Desde aquel momento se me hizo imprescindible probar las ideas a través del movimiento, tanto como registrar mis percepciones sobre el papel, intentando traspasar el límite entre los conceptos y la experiencia, entre las ideas y el conocimiento. Mi fantasía ha sido la del explorador que sigue un antiguo mapa que indica la existencia de distintas señales en el camino hacia alguna figura final, la cual termina estando justo en el bolsillo del propio pantalón.
A todas luces, no estoy diciendo nada nuevo, pero desde este punto es más sencillo rescatar el valor de la imaginación creativa al servicio de la producción del conocimiento, la generación de un saber humano, dinámico, que no intenta constituirse en verdad universal por los siglos de los siglos, sino ser un punto de referencia en el ahora para un individuo particular, de carne y hueso, que se mueve en calles con nombres propios y escapa, a veces, de los cálculos estadísticos.
Por ello reivindico el salto de las ideas en el cuerpo, el intercambio de saberes a través del juego y el movimiento, la elaboración de nociones por medio de las descripciones y la narración de experiencias.
Todo ello fue y ha sido para mi una búsqueda intuitiva que apenas ahora empiezo a colocar en palabras. Por ello el teatro, el canto, el arte de la oratoria, la expresión, han sido para mi las vías predilectas para experimentar y conocer. Debo agregar aquí como fundamental, aunque hasta ahora no he tenido la dicha de probarlo sistemáticamente, el baile, la danza.
Me refiero a todas ellas como experiencia individual y contacto íntimo con otros en la medida en que entramos en una nueva dimensión de la realidad intersubjetiva, no las traigo a colación como actividades de espectáculo o ámbito para la proliferación de estrellas de la farándula. Son, desde el punto de vista aquí planteado, modos de contacto con la realidad externa, producto y complemento del mundo interior.
Considero fundamental por ello que todo individuo tenga contacto con algunas de estas manifestaciones del alma humana, como parte de un ritual, entrando en un contacto más íntimo con su propio cuerpo (y como consecuencia con el de los otros individuos en su entorno), generando de forma dinámica un conocimiento útil para su vida.
Todavía más: un profesional de la comunicación, desde esta perspectiva, está obligado a trabajar con sus vías de contacto con el mundo (su cuerpo, su voz, sus sentidos) para ser capaz de elaborar ideas, mensajes, conceptos, que constituyan verdaderos puntos de referencia para el descubrimiento colectivo (grupal o individual) de la realidad que todos compartimos.
De otro modo, ¿cómo se puede crear e interpretar el mundo en el cual vivimos?